Un cineasta recorre Santiago de Cuba buscando el rastro de un exiliado libanés, ancestro suyo, muerto en la isla cien años atrás. Nada sabe sobre él, excepto que fue repudiado por su familia, y condenado al olvido, por una historia de amor de la que no se conocen detalles.

Indagando en archivos, oficinas de gobierno, asociaciones, iglesias, prisiones y los libros que se pudren en el cementerio, lo único que encuentra es el registro de su enterramiento en una fosa común que ya no existe. Y nada más. Nada que permita conocer el destino de un misterioso personaje que, por un amor, lo abandonó todo para morir solo en una isla remota.

Intrigado por una historia que asoma una pasión desmedida y sabedor de encontrarse en uno de los rincones más espirituales de una isla donde los muertos están muy vivos, el cineasta se irá encontrando con diversos personajes para invocar ese espíritu y reconstruir una historia a partir de los pocos datos que se conocen.

Santeras, espiritistas, jineteras, chulos, bailarinas, estibadores, exiliados, marineros, intelectuales, archivistas, dignatarios y marginales le irán dando cuerpo a la historia de un muerto olvidado, a través su memoria, su imaginación, su deseo, tomando prestadas sus apasionantes vidas.

Durante los días del ardiente y frenético carnaval de Santiago en pleno verano, los cuerpos, las vidas y las historias de los personajes se van enredando con las del espíritu al que se busca, encarnando una historia donde cada vez son más confusos los límites entre el presente y el pasado, la realidad y la fabulación, los vivos y los muertos.

Encarnando una historia atravesada por el exilio, la esperanza, el desgarro y el amor desmedido, para un espíritu que precisa de un final feliz.